Con
un sugestivo eslogan la Constructora de Occidente promociona el condominio
campestre Paraíso Class ubicado en el municipio de El Cerrito, en pleno corazón
del Valle: “Un paraíso encerrado en las páginas de la más famosa novela
romántica de Latinoamérica”.
La
oferta se extiende en los detalles y bondades del proyecto. “Serán predios de
1500 metros cuadrados en donde se establecen casas independientes de 490 metros
cuadrados que rememoran la típica arquitectura colonial de hacienda,
prevaleciente en la zona y fusionada con acabados y ambientación
contemporánea”.
Y
así como Paraíso Class, la página web de Constructora de Occidente promociona,
sin entregar tantos detalles, otro proyecto similar bajo el nombre de Calima
Class que, como su nombre lo indica, estaría ubicado en la zona turística
dominada por este lago artificial.
Hasta
allí no hay nada extraño y cualquiera diría que se trata de nuevos proyectos de
desarrollo habitacional en la región. Sin embargo, al indagar un poco más
comienzan a aparecer algunas incoherencias, por decir lo menos.
Recogiendo
dinero
El
promotor de ambos proyectos es Eduardo Betancurt Velásquez, un hombre nacido
hace 62 años en Medellín y radicado en Cali desde marzo de 1988, de acuerdo con
la inscripción de su cédula para votar, información pública que reposa en la
Registraduría Nacional del Estado Civil.
Betancurt,
quien hasta hace un mes tenía varias oficinas funcionando en Cali, la más
grande en el barrio Versalles (Calle 25 norte # 5B-27), promocionaba no solo
sus dos condominios campestres sino que invitaba a personas con alta liquidez a
invertir en dichos proyectos y en contraprestación ofrecía intereses que
oscilaban entre el 10 % y el 15 % mensual, muy por encima de lo que permite la
ley.
“En
su oficina de Chipichape me mostró una maqueta de los proyectos pero le dije
que no estaba interesado pues era demasiado costoso para mi bolsillo. Betancurt
insinuó entonces que si me interesaba una oportunidad de inversión a seis meses
y con un interés del 15 %. Mientras conversábamos le entró una llamada al
celular y cuando colgó me mostró la pantalla, decía: Presidente Álvaro Uribe.
Eso fue lo que me convenció de darle $40 millones, es que si esos eran sus
amigos y con semejante oficina, pensé que iba a la fija”, dice uno de los
afectados que lo denunció por estafa ante la Fiscalía. Por supuesto, el
demandante nunca verificó que efectivamente la comunicación hubiera sido con el
exmandatario.
El
prontuario de Betancurt ante la justicia es amplio. En la base de datos del
Sistema Penal Oral Acusatorio, Spoa, de la Fiscalía General de la Nación, el
promotor de los condominios campestres enfrenta diez denuncias por estafa
puestas entre diciembre de 2013 y enero del presente año.
Allí
también reposan otras tres denuncias por estafa con fecha de 2008 en Bogotá.
Dos más por violencia intrafamiliar y amenazas, una por hurto en Armenia, otra
por abuso de confianza en Medellín y, finalmente, otra en Cali por lesiones
personales.
Otra
de las afectadas, cuya inversión ronda los $60 millones, explicó que le dio el
dinero por la confianza que le generó saber que Betancurt “hablaba
en inglés con su hijo al que tiene estudiando en los Estados Unidos, además,
tiene fotos en Miami, siempre se vestía bien y se le notaba su prestancia,
quién se iba a imaginar que era un estafador”.
Reporteros
de este diario conocieron 32 personas más que se declaran afectadas ante la
desaparición del promotor y que le entregaron un total de $432 millones. Varios
de ellos contaron que Betancurt incluso los llevó hasta el lote donde pensaba
construir el condominio campestre Calima Class y que eso les dio la confianza
para realizar la inversión.
Por
los propios testimonios de las víctimas de esta presunta estafa, los
investigadores de la Fiscalía hablan de un centenar de afectados y alrededor de
$3000 millones como monto estimado de las inversiones que por ahora están
embolatadas.
Los
que han denunciado ante la Fiscalía a Betancurt, conservan los pagarés que el
promotor les firmó como única garantía por el aporte de sus dineros. El País
consultó con varias fuentes, entre ellas personal de la Superintendencia
Financiera, quienes aseguraron que este tipo de transacciones pueden rayar en
la “captación masiva e ilegal de recursos”.
Paradero
desconocido
El
País intentó durante dos semanas contactar a Eduardo Betancurt Velásquez con el
fin de escuchar su versión de los hechos pero este no respondió los mensajes
dejados en su celular ni el teléfono fijo que aparece como contacto en su
tarjeta de negocios.
En
medio de la infructuosa búsqueda logramos comunicación con Yurani Serna, quien
se desempeñó como secretaria de Betancurt, a quien se le planteó la posibilidad
de realizar una entrevista. Luego de consultarlo con su abogado, la mujer
desistió de hablar con este diario aduciendo motivos personales.
Al
reconstruir la actividad comercial de Betancurt a través de los registros de
sus empresas en la Cámara de Comercio de Cali y Bogotá El País encontró
documentos que muestran cómo el promotor de los condominios campestres fundó en
1987 la Constructora de Occidente, de la que es presidente y cuya
vicepresidencia ocupa Silvia Restrepo Álvarez.
A
través del portal de esta compañía Betancurt apoyó la promoción de ambos
proyectos. Llama la atención que la matrícula mercantil de la empresa siga
activa pese a que el último año renovado sea 1989 según la información que
reposa en el portal del Registro Único Empresarial y Social, Rues.
Otro
detalle que no se escapa a los peritos de la Fiscalía es la apertura el año
pasado de un conglomerado empresarial bautizado con el sonoro nombre de: M.O.
International Holding S.A., el cual pese a tener escritura de constitución
(#275) levantada en la Notaría 26 de Bogotá desde el 12 de febrero de 2009,
solo fue registrada en la Cámara de Comercio de Cali cuatro años después, el 6
de mayo de 2013.
De
acuerdo con los testimonios recopilados, la mayor parte de la papelería y
piezas publicitarias, como tarjetas de presentación y demás que usaba Betancurt
venían timbradas con los logos de M.O. International Holding S.A., la
vicepresidenta del conglomerado es María Obando Montoya.
Algunos
de los afectados que estuvieron montando una especie de guardia en la oficina
principal (Versalles) del International Holding aseguran que hacia mediados de
enero “llegó un señor bastante molesto preguntando por Betancurt, nadie supo
dar razón, entonces los escoltas del tipo enseñaron sus armas”. Aclaran que la
situación no pasó de los insultos y el susto, pero siguen sin saber nada del
paradero del promotor a quien entregaron sus ahorros.
Extraña
forma de pago
Bajo
el título Cómo Comprar del portal de la Constructora de Occidente para estos
proyectos se puede leer: “Se paga por lo que se disfruta. Mediante la modalidad
de Propiedad Fraccionada, usted comprará únicamente el tiempo que desea estar
en su vivienda, pagando solo una fracción del costo.
De
esta forma, podrá adquirir desde 1/8 de la vivienda (12.5%), teniendo derecho
con esto a disfrutar de una semana cada dos meses; obtener 1/4 de la propiedad
e ir una semana cada mes; o si lo prefiere, pagar por la mitad de la vivienda
(50%) y gozar de dos semanas al mes. Como son proyectos vacacionales con
propósito de vivienda permanente, podría adquirir también el 100% de la
propiedad si así lo desea, y disfrutar de todos los beneficios y valores
agregados del condominio durante la totalidad del año”.
“No
nos dio un peso por las páginas web”
En
medio de la búsqueda adelantada por la Unidad de Investigaciones de El País,
apareció otra persona afectada por los continuos incumplimientos de Eduardo
Betancurt y sus empresas: M.O. International Holding S.A. y Constructora de
Occidente.
Se
trata de John Jairo Sánchez el director de Media Central Group, la empresa que
diseña páginas web y que desarrolló los dos portales para las compañías de
Betancurt.
“Nosotros
fuimos contactados hace poco por una persona que era cercana al señor
Betancurt, nos pidió los desarrollos y se los pusimos al aire de acuerdo a los
tiempos estipulados”, dijo Sánchez.
Sin
embargo, tal como sucede con los inversionistas de sus dos condominios
campestres, al momento de pagar llegaron los problemas.
“No
nos ha dado un solo peso por el desarrollo web, lo hemos estado llamando pero
no contesta y pensamos que estaría de viaje”, explicó Sánchez, quien agregó que
no sabe cómo ni a quién cobrará por su trabajo.
Noticia
de El Cerrito