Todos aquellos que hemos tenido el
privilegio de conocerte, tenemos guardado en nuestro corazón, la semilla, que
tu bondad y franca gentileza, sembró. Ahora es trabajo nuestro hacer que esa
semilla germine; y lo forjaremos, lo haremos por ti.
Jamás una mala mirada ni un mal gesto,
siempre el primero en colaborar y apoyar a aquel que lo necesitase, no lo
dudaste ni un solo instante.
Me gozaría que cerrásemos todos los ojos
durante un instante y recordásemos una escena de nuestra vida con él.
Que su solo recuerdo nos haga asomar una
sonrisa de cariño. Por mi parte, así es como le he de recordar siempre, no con
rabia por los instantes perdidos, sino con cariño y gratitud por aquellos que
nos ofreció.”
Diego