Un
derrumbe de aproximadamente 250 mil metros cúbicos de tierra, registrado esta
madrugada a la altura de la vereda La Esperanza, corregimiento de Tablones,
zona rural de Palmira, dejó incomunicados a más de mil campesinos de esta
localidad y del municipio de El Cerrito, que no saben cómo van a sacar sus
productos y la leche, de esta zona que es considerada una despensa agrícola.
De acuerdo con algunos testigos, los primeros
desprendimientos de tierra y roca se presentaron hacia las 9:00 de la noche,
pero hacia las 2:30 de esta mañana fue cuando se desprendió prácticamente gran
parte de la montaña.
Como
se recordará, en el mes de febrero de este año, un deslizamiento de menor
proporción, en este mismo sector, causó la muerte de dos personas y dejó
millonarias pérdidas a los campesinos.
De
acuerdo con Carlos Escobar, propietario de un camión en el que transporta
cebolla, esta situación ya estaba anunciada, pues desde hace diez meses cuando
se presentó el primer derrumbe, se dijo que la montaña tenía un problema de
filtración de agua, debido a las acequias que usan los lugareños para regar sus
cultivos.
"En
ese momento, aseguraron que le iban a hacer un trabajo a la montaña para que no
se siguiera viniendo, pero mire, todo siguió igual y ahora estamos otra vez con
este problema", subrayó el trabajador quien anotó que para poder bajar la
cebolla del corregimiento de Tenerife, deberá tomar la ruta por Buga, lo cual
no solo triplicará el tiempo de recorrido, sino los costos del transporte.
"Mientras
por esta carretera demoro dos horas para llegar a Tenerife, por Buga puedo
tardar más de diez horas y además no puedo bajar los 500 ataos que siempre
cargo, sino solo 200", reiteró.
Por
su parte, Rubén Darío Patiño, concejal de El Cerrito, indicó que muchos
campesinos se quedarán sin poder celebrar la Navidad, como estaban esperando,
pues mañana martes era día de mercado, y esperaban recoger un dinero para
comprar los regalos de aguinaldos.
"Ahora
nadie podrá bajar y vender sus productos, entonces qué van a hacer los que
están allá arriba, esperando incluso, la remesa. Es una situación muy dura para
todos", precisó el concejal.
Ruby
Cardona, otra de las afectadas con el derrumbe, observa desde el lado de
Palmira la montaña y piensa en la leche que se tendrá que botar porque no habrá
forma de bajarla a la ciudad.
"Nosotros
vivimos de lo que producimos y si no podemos bajar la leche qué vamos a hacer.
Hace diez meses pasó lo mismo y no hubo una solución definitiva, ahora la
historia se repite. Son más de las 10:00 de la mañana y no hay maquinaria,
entonces cuánto va a demorar despejar la vía", se pregunta con angustia.
En
ese mismo sentido se pronuncia, Danilo Gallego, otro campesino, quien confirma
que son más de doce veredas y corregimientos de Palmira y El Cerrito las que se
encuentran incomunicadas debido al derrumbe.
"En
la parte de Palmira hablamos de Combia, Teatino, Toche, Cabuyal y Las
Veraneras, mientras del lado de El Cerrito están, Tenerife, El Moral, Carrizal,
Regaderas, Aují y Santa Luisa", enfatizó.
De otro lado, el secretario de Infraestructura
de Palmira, Evier de Jesús Dávila, anunció que de diez a doce días tardará
habilitar nuevamente la vía.
Según
dijo, este derrumbe es el doble del tamaño del que se presentó a comienzos de
año, es decir, aproximadamente unos 250 mil metros cúbicos de tierra.
El
funcionario dijo que ya se comunicó con el Comando del Batallón Agustín Codazzi
para que a la mayor brevedad y "sin papeleo", envíen la
retroexcavadora tipo oruga y dos volquetas que tiene esa guarnición militar,
las cuales fueron de gran ayuda durante el pasado evento para retirar el
material y restaurar el paso.
Entre
tanto, el Municipio aportará dos retroexcavadoras tipo pajarito y cuatro
volquetas.
Del
otro lado del derrumbe, ya se encuentra trabajando una retroexcavadora de un
habitante de esa zona.
"Creemos
que en diez, máximo doce días, si trabajamos duro, tendremos listo el
despeje", puntualizó Dávila quien admitió que esta situación ya estaba
anunciada desde hace tiempo.
"En
la parte de arriba de la montaña hay unas grietas y cuando las revisamos vimos
que se habían anchado más; este es un terreno muy inestable, pero sucede que
allá viven unas personas y hay una familia de Palmira que reclama estos
terrenos como suyos, entonces vamos a hablar con el Alcalde para ver qué
solución encontramos, porque esa gente tiene que irse", puntualizó el
Secretario de Infraestructura.
Noticia de El Pais