Casi tres mil
personas han sido secuestradas en el Valle, a esa cifra han contribuido
todos los actores armados. Hay historias insólitas.
Desde el 31 de Enero de 1933, cuando Cali fue
escenario del primer secuestro extorsivo en la historia de Colombia, hasta el
año pasado, la ciudad y la región desgraciadamente se han conmovido por varios
de los casos más impresionantes de ese flagelo cuya documentación más fidedigna
acaba de revelar el Centro de Memoria Histórica y Cifras y Conceptos, en una
investigación en la que registraron más de 39.000 casos en los últimos cuarenta
años en todo el país.
En el Valle del Cauca ocurrieron 2.729 casos entre
1970 y el 2010, que representan casi el 7 % del total nacional. El Valle es uno
de los departamentos más afectados por ese delito.
Hace más de ochenta años los delincuentes comunes
se llevaron a la niña Elisa Éder, pero solo hasta hoy Cali vivió el secuestro
masivo más grande de la historia de Colombia, en la iglesia de La María, y el
secuestro político que terminó con mayor número de víctimas que se realizó en
la propia Asamblea Departamental. En el Valle han secuestrado las guerrillas de
las Farc, el ELN, el M-19, el grupo Jaime Bateman Cayón, los grupos
paramilitares y las bandas criminales.
Los más inesperados lugares, como una iglesia y la
Duma Departamental, hasta la carretera al mar, han servido de escenario para
cometer, a la luz del día y acudiendo a operaciones cinematográficas, los casi
tres mil casos que el Centro de Memoria Histórica documentó con nombre y
apellido. Allí hay comerciantes, industriales, ganaderos, políticos, miembros
de la fuerza pública, menores de edad, hombres, mujeres y ciudadanos
extranjeros.
Hay casos insólitos como el de Harold Éder, el
padre de Elisa, quien fue secuestrado y posteriormente asesinado por la
guerrilla de las Farc. Elisa, en cambio, fue rescatada sana y salva unas horas
después de su rapto (en ese entonces, el secuestro no estaba tipificado como
delito). Hoy su nieto dirige el programa de reincorporación de miembros de
grupos armados a la vida civil.
La guerrilla del Ejercito de Liberación Nacional,
ELN, ha sido la organización delictiva que más secuestros ha cometido en el
departamento. Los secuestros masivos de la iglesia La María y de la carretera
al mar en la vía al Kilómetro 18, ocurridos en 1999 y 2000, respectivamente,
dejaron una huella imborrable en la sociedad caleña.
Al caer la tarde del domingo 17 de septiembre de
2000, en la vía que conduce al Pacífico, el ELN secuestró a setenta personas
que fueron sacadas de dos restaurantes y una finca por miembros de esa
organización, que vestían prendas privativas de las fuerzas militares. Casi un
año antes, en la ciudad, las víctimas de esa organización habían sido 180 que
se encontraban en un acto litúrgico. Entre las víctimas había decenas de
menores de edad.
El Tribunal Superior de Cali decretó la
prescripción del caso, pero las víctimas están reclamando ser oídas, así como
esperan que se declare el secuestro como un delito de lesa humanidad para
evitar que opere la prescripción.
Dos años después, en abril de 2002, en uno de los
más impresionantes operativos de la guerrilla colombiana, las Farc sacaron del
recinto de la Asamblea Departamental, en el centro de la ciudad, a doce
diputados. Seis años después, once de ellos fueron asesinados a sangre fría
cuando la fuerza pública seguía el rastro de los delincuentes.
Once diputados terminaron asesinados, mientras que
la mitad de los setenta secuestrados en el Kilómetro 18 fueron rescatados en
pocas horas. Por su parte, los feligreses de La María regresaron pronto a casa,
pero tres perdieron la vida en los hechos.
El ELN ha realizado la mitad de los secuestros del
Valle del Cauca, a los que se les ha confirmado el autor. Las redes criminales
han causado el 18 % de estos delitos y las Farc, el 17 %.
La guerrilla del M-19, en la década de los ochenta,
también escogió al Valle como lugar de sus actividades delictivas. En Enero de
1982 mantuvieron secuestrado a los pasajeros y tripulantes de un avión de la
empresa Aerotal, el Boeing 727, matriculado HK-2637-X, que permaneció en
la pista del aeropuerto de Palmaseca durante dos días, al mando de un grupo de
esa organización armada.
El grupo Jaime Bateman Cayón, disidente del M-19,
causó varios secuestros en los municipios de Florida y Pradera. Alias Rommel
fue capturado hace un par de meses en el municipio de El Líbano, en el
departamento del Tolima. Este grupo debe responder por secuestros de ciudadanos
españoles y japoneses ocurridos en el Valle.
El Bateman Cayón fue exterminado por guerrilleros
de las Farc bajo órdenes de Pablo Catatumbo por la muerte de una guerrillera de
ese grupo. Rommel se convirtió a las Farc pasa salvar su vida y extendió sus
acciones al municipio de Candelaria, donde secuestró a un ciudadano japonés.
De los 2.729 secuestros documentados, solo 199 han
terminado en sentencia, es decir que la impunidad es de más del 92 %. Más de la
mitad de los secuestros en el Valle han terminado con el pago del rescate
por parte de las víctimas y el 30 % por liberación provocada por las
autoridades.
Las historias del secuestro en el Valle pasan por
la del empresario siderúrgico Norman Maurice Armitage, quien reveló hace unas
semanas en entrevista a nuestra periodista Claudia Palacios que ha ayudado a la
familia de uno de sus secuestradores e incluso le dio dinero para pagar la
fianza con la que el victimario podría salir en libertad. A Armitage lo sacaron
de su finca en Jamundí con la información que le aportó a sus captores uno de
sus más cercanos trabajadores.
Los 11
diputados del Valle asesinados por las Farc
Entre las víctimas del secuestro en Cali se
encuentra también Amparo Torres, hermana del jefe guerrillero Pablo Catatumbo,
a quien sacaron de su lugar de trabajo en el norte de Cali miembros de grupos
paramilitares.
En Cali apareció una bebé de pocos días de nacida
que había sido secuestrada por una mujer caleña que la robo en Bogotá y
pretendió esconderla en su casa en la capital del Valle, donde fue entregada a
las autoridades por su propia madre.
Los casos son tan variados por sus autores, por sus
víctimas, por las circunstancias en que ocurrieron, que es difícil encontrar un
patrón para entender el fenómeno. La radiografía del secuestro en el Valle no
solo es relevante por el hecho de que el Centro de memoria Histórica haya
decidido investigar y documentar los últimos cuarenta años del delito, sino
–especialmente– porque si nos encontramos cercanos a la suscripción de un
acuerdo entre la guerrilla de las Farc y el gobierno colombiano, las víctimas
tendrán derecho a que se conozca la verdad, a que se les repare adecuadamente,
a que los victimarios sean condenados por la justicia, a tener garantías de no
repetición de los hechos.
Las violencias entrecruzadas del Valle dificultan
identificar a los victimarios; pero si queremos cerrar las heridas, será
necesario que se sepa la verdad sobre cada caso.
Los
secuestros, casi el doble de lo que se calculaba
En los últimos cuarenta años más de 39.000 personas
fueron secuestradas en Colombia. Esta cifra, revelada en un
estudio contratado por el Centro Nacional de Memoria Histórica con la firma
Cifras y Conceptos, aumenta en casi 15.000 el número de víctimas de este
flagelo y rectifica las estadísticas oficiales sobre este crimen.
El estudio recopiló un 1.300.000 datos que
permitieron documentar los 39.058 casos de secuestrados entre 1970 y 2010. De
esta manera, la investigación demostró que hubo un aumento de 15.000 secuestros
(62.74 %) con respecto a los 24.000 que habían registrado las autoridades
para ese mismo periodo.
“La imagen que dejan los resultados es que esto ha
sido de mucho más impacto en términos de cifras de lo que todos nos
imaginábamos. Esto nos pone de frente a las monstruosidades que hay todavía por
ver de los otros fenómenos de violencia”, explica Gonzalo Sánchez Gómez,
director del Centro Nacional de Memoria Histórica.
El informe clasifica las cifras de los secuestros a
través de las víctimas, victimarios, la duración, la extorsión y las
estadísticas por municipios.
Las Farc encabezan la lista de los autores de este
delito, pero también muestra el peso que han empezado a ganar otros sectores
criminales que también usan este crimen como las llamadas Bandas Criminales,
Bacrim. El informe encontró que de los 9.082 casos en los que se confirma el
responsable de un secuestro, están las Farc (37 %) y el ELN (30 %), es decir
que entre estos dos grupos armados ilegales se encuentran los responsables del
67 % de los secuestros del país. Le siguen lo que los investigadores llamaron
las redes criminales, con el 20 % y los paramilitares, el 4 %. Otros que no
identifican serían los autores del 9 % restante.
Para el gerente de Cifras y Conceptos, César Caballero,
el leve aumento que han tenido las redes criminales en el secuestro puede
demostrar la visibilización en los últimos años de grupos que han estado
dedicados al secuestro y que habían permanecido ocultos por el protagonismo que
obtuvo las Farc.
En lo que se refiere a las víctimas, la
investigación halló que de los 20.284 secuestrados, el 19.3 % eran funcionarios
públicos y de la Defensa (es decir militares y policías), mientras que el 19.14
% correspondía a ganaderos, campesinos y agricultores y otro 18.9 % eran
comerciantes.
El estudio reveló también que de 18.949 plagios la
motivación del secuestrador, el cobro de extorsiones fue el más recurrente, con
84 %, seguido por el secuestro político, con el 12 %, y otros motivos en el 4 %
de los casos.
“El secuestro ha ido tomando muchos rostros, uno
era el del M-19 que tenía una finalidad política y otro el de las llamadas
pescas milagrosas, en el que las personas de cualquier clase social eran
secuestradas, no importaba cuanto podía pagar la víctima”, explica Sánchez.
Los investigadores encontraron que de 28.592
secuestros, el 60 % terminó por el pago de extorsiones, un 20 % finalizó por
rescates y el 8 % de las víctimas fueron asesinadas durante el cautiverio.
Noticia de El Pais